- Sentada en el pie de un árbol me encuentro, frente al consultorio de mi psicólogo y con el sabor de sus besos nuevamente. Jamás voy a entender como es que caigo una y otra vez en su juego estúpido, sin importarle nada más que lo sucio. Uno busca y siempre encuentra, es este caso yo sola lo busco, pero él me da la razón de encontrarlo.
¿Cómo es que puede contra tanto?
No hay comentarios:
Publicar un comentario